jueves, 4 de diciembre de 2008

Axl, quiero mis quince...


Después de quince (¿necesito decir muy largos años?) de espera por fin ha salido a la luz el "esperadísimo" nuevo álbum de estudio de los Guns N´Roses. Entre miles de especulaciones acumuladas, retrasos apilados sobre retrasos y mitos montados sobre columnas de humo, nació Chinese Democracy y llegó la hora de preguntar si valió la pena. Crédito hay que darle, pues Axl Rose logró convertir a este disco en el más esperado de la historia, y en gran parte gracias a eso ahora está en el top de una gran cantidad de países alrededor del mundo. ¿Pero, en verdad este capricho del niño mimado del rock tiene algo bueno que ofrecer? La respuesta es, como deben ya saber si han escuchado el disco: No. Los Guns no están de vuelta; tampoco es que esperaba un regreso a las viejas glorias de antaño, no soy partidario de eso. Una banda debe seguir por el camino que la convicción y la exploración la lleve. Pero a lo que sí podemos anhelar es a un trabajo honesto, fresco y original, siga o no la misma linea de sus predecesores. Y este disco no creo que posea ninguno de los atributos antes mencionados, de hecho, casi se puede sentir como una tomadura de pelo.

Pero vamos, tampoco es que todo este tan mal. La encargada de abrir y darle el nombre el disco trae unos buenos riffs, y es acaso, lo más cercano al viejo sonido de la banda. A partir de aquí los fanáticos de hueso colorado ya no tendrán vuelta atrás. Shackler's Revenge es una de las canciones interesantes, sobre todo por la participación de Buckethead y su siempre extraña guitarra. El disco está repleto de sonidos e influencias industriales, que a mi parecer, quedan bastante anticuados sobre todo porque Axl se empeña en usar ese eterno tono a mítad entre el Hard Rock y la balada soft en todas sus composiciones. Y eso abunda en el disco; Street Of Dreams (si November Rain y Don´t Cry copularan algo así resultaría) o Catcher in the Rye son claros ejemplos de que aunque la receta sea la misma el resultado no siempre está garantizado. Mejor escuchar Sorry que aunque recurre a la misma fórmula se siente mucho más auntentica; obligado mencionar que Sebastian Bach hace acto de presencia en los coros (si alguién logra encontrarlo que me avise, porque no tengo ni puta idea de cual fue su aportación). Supongo que aún habrá un par de personas a las que les lata su corazoncito al escuchar los registros vocales del, alguna vez, vocalista más controversial de los noventas.

Continuar a la fuerza con un proyecto que de alma ya murió, no trae nada bueno, no señor. Mr Rose debió darle cristina sepultura a su banda y darse cuenta que las pistolas se quedaron sin pólvora y las rosas se secaron y no hay mucho que se pueda hacer para cambiar eso.

Tendrán que disculpar mi atrevimiento pero me permitiré hacerles una sugerencia: si después de escuchar el disco sienten ganas de pedir que les regresen estos quince años perdidos, mejor vayanse a escuchar Apetite for Destruction para recordar lo que era ser joven y novedoso o; pongan algún disco de Velvet Revolver para que lloren y se desahoguen a gusto por lo que nunca volverá..

2 comentarios:

Killer Movimiento dijo...

si, pues, aun no escucho ese disco, no te podria hacer una critica de el, pero si te puedo hacer una critica de Axel Rosado: me cae en los huevos, me caga, deberian ahorcarlo.

ese da la foto es Ali G.??

Eduardo Huchin dijo...

No mames, esa foto de Axl, se parece a Danny Bonaduce (en su decadencia, igual, se entiende).