sábado, 20 de diciembre de 2008

Cuatro lenguas: Cowboys From Hell

Con este disco iniciamos una nueva sección en la cual se pondrá bajo la perspectiva de diferentes puntos de vista un mismo tema (en este caso, el ya clásico, Cowboys From Hell de Pantera). Esperamos que lo disfruten.


Cowboys from Hell: Una metáfora de los 90´s

Expelido por Wilberth Herrera

Cowboys From hell, presentación más, presentación menos. Este disco representa no sólo un hito para la legendaria y sobria banda, Pantera, sino que contiene un valor más profundo e intrínseco en el rock de estos tiempos.

1990 es la fecha en que el disco sale a la venta. Para muchos (fans y críticos) es el bautizo real de la banda.

Los noventas en el rock fue un completo pandemónium, por un lado dio discos como la tumba de Metallica, el Black álbum; y discos los discos más populares de Guns n´ Roses, los Use Your illusions I y II; y por supuesto, el auge de la denominada época Grunge.

En esos años, la balanza se empezó a inclinar hacia la búsqueda de una austeridad en el rock, se adoraba la forma en que se presentaban los gruncheros, ya que no utilizaban las vestimentas estrafalarias del Glam ni del Hair rock. Esa “moda” se empezó a implementar en el rock, y se unió la búsqueda de algo más pesado en el rock. El grunge reunía los requisitos y todos se afiliaron al partido de los de Seattle.

Al parecer, el grunge era más duro, directo y natural que el propio stoner, trash y el Heavy metal.

Pero el mismo año, 1990, como si presagiaran aquella camada de tiempo que fue el grunge, Pantera saca Cowboys From hell, un disco muy diferente a lo que antes había incursionado la banda, dejando de lado el Hair y enfocándose en el groove metal, con tintes de trash. Cowboys consiguió dejar una columna fuerte entre las burbujas del grunge, para que cuando estas reventaran, nos quedara el vestigio de lo que sería el futuro del rock.

El sencillo del mismo nombre que la placa, significaba un rock clásico pero con un no sé qué que dejaba al escucha, con la cabeza adolorida. Era una respuesta más contundente y noble que la de cualquier otro grupo con ganas de amar el rock. Talvez eran las cuerdas hipnóticas de Dimmebag Darrel, o la voz pastosa y a veces aguda de Anselmo, o la energía que desprendía la batería Vinnie Paul, o el bajo con una vibración endemoniada de Rex, o quizá el futuro que nos golpeaba en el hombro con una sonrisa de satisfacción.

Cowboys from hell se convirtió en una canción jodidamente increíble, ya que nos parecía que tenía la guitarra más complicada del rock, y una energía incesante. Era un rock duro, mucho más duro que el pretendido Grunge. Pantera logró que los que habían comprado sus camisas de colores y cuadritos, los devolvieran, y alentó a los amantes del rock a usar bermudas de mezclilla y conservar las camisas con diablos y sin mangas.

Cementery Gates se convirtió en una canción de himno entre los fans de Pantera. Cantarla entre seguidores de la banda era como un saludo entre masones.

Este disco presentó mucho más que éxito y calidad, sino que se convirtió en bastión y respaldo de los rockers, ante la fragüata del grunge, y años más tarde, del denominado Nü Metal.

Si uno pone el disco de Cowboys From Hell y lo escucha, le parecerá un clásico, le parecerá puro e innovador. Eso, amigos míos, el sonido de la victoria, es el sonido de la verdadera música sin pretensiones.

Escupido por Killer Movimiento

Una de las bandas más influyentes para el género del Metal es sin duda Pantera y esta afirmación queda clara cuando se escucha Cowboys From Hell. Este disco es un cambio drástico en el trabajo que Pantera había realizado anteriormente navegando en el estilo Glam. La producción estuvo a cargo de Terry Date y realmente hizo un buen trabajo. Este material está lleno de riffs bien elaborados y sonidos bien ponchados preparados especialmente para que agites la puta cabeza y rechingues a tus jefes en casa. La voz de Phil Anselmo es definitivamente marco su estilo con si voz natural de aguardiente, ese tipo de voz que deben tener las maestras de primaria para tener quietecitos los alumnos, esa voz que mi viejo emitía cuando ya lo deje hasta la chingada.

Desde el principio el disco se anuncia, ¡qué manera de iniciar! Todo comienza con la canción que bautiza el disco: “Cowboys From Hell”, desde ahí la canción nos advierte que el disco no será nada común. Los coros de esta rola se pensaron para gritarlas con el puño en el aire, brincar como loco y perder la voz. Los solo del grandioso Dimebag Darrell (que en el cielo ahora hace su pacito de tarántula) son geniales, el sonido de la guitarra el claro e invita a continuar con la locura. La batería y el bajo para nada se quedan atrás. Rex hace gala de su dominio dejo y lo deja bien grabado en la rola mientras que Vinnie un desmán con las baquetas y hace una buena cátedra de remates y ritmos.

Otra rola a destacar en el disco es por supuesto “Cemetery Gates”. Esta pieza inicia como balada de guitarra y bajo acompañada de la voz de Anselmo. Luego de esto se puede escuchar una guitarra llorando y dando gritos para dar paso luego al desenfrene y los platillos de Vinnie. En esta canción la voz de Anselmo es agresiva y leve alcanzando tonos canijos lo cual en conjunto con el bajo, la batería y la guitarra la hacen versátil. Para finalizar la rola termina con lo que podría ser un duelo entre voz y guitarra, por supuesto la guitarra decapita a su adversaria.

Otra pista que a mis oídos resalta es “Domination”. Esta canción está plagada de agresividad, esa una canción para descargarse y despertar. Tiene solos chingones, realmente sobresalientes por la destreza que uno ajeno a su ejecución se puede imaginar es necesaria para realizarlos y luego caer en algo grave, grueso y pegajoso (sin alburear por favor) que induce a elevar el puño a su ritmo. La batería deja un buen ritmo y un camino perfecto para que el bajo de Rex se deje escuchar.

Las demás canciones del disco valen la pena, por eso es un disco influyente, por algo los mismos Pantera consideran este trabajo como su verdadero debut a pesar de precederles cuatro discos. Si te estás iniciando en materia de rock y te toca clases de Heavy Metal este es un material que no debes dejar a la deriva y que además te aseguro encabronará a tus viejos si lo pones en el carro o en tu cuarto, te lo aseguro, por lo menos ya le molesto un poquito a mi hermosa suegra. :)

Regurgitado por Hellsheep

Pantera … solo el nombre es símbolo de rudeza y elegancia es así como en mi humilde opinión podría citar a la banda que en mis inicios metaleros taladraba mi cerebro provocando una buena descarga de energía dejándome noqueado.

El disco cowboys from hell (sacado a la luz en 1990 bajo el sello de la warner) que en esta ocasión será puesto en la mira de zombie eaters , es un parteaguas en la carrera musical de Pantera ya que separa a la banda de la línea musical que hasta ese momento llevaba pues era un poco más a la onda glam.

En este disco ya contaban con la participación de unos de los front man mas emblemáticos Phil Anselmo que brindo a la banda una diversidad de matices vocales pasando desde lo gutural sin escalas a lo agudo, ni que decir de los demás pues aquellos riffs endemoniados y más ponchados que nunca del ahora fallecido Dimebag Darrell, sin olvidar claro la bataca arrolladora de Vinnie Paul o el bajo desquiciante de Rex Brown que en conjunto le dieron un toque característico a la banda que difícilmente pueda ser igualado en la línea del Thrash Metal convirtiendo en clásicos instantáneos rolas como Cowboys from hell, Cemetary gates, Domination y una de mis favoritas Primal concrete sledge.

El hambre de la pantera

Al chapo, por ponerme en el camino...

Vomitado por CassidyOnTheRocks

Se escurría un caluroso verano de hace ya una década y un par de años más, cuando tocó a mi puerta. Llegó disfrazado de disco compacto (artefacto alquímico que en aquél entonces me maravillaba y aún hoy pone en tela de juicio mi cordura) escoltado por otro par de su especie. Había viajado desde Mérida escondido de polizón en una mochila. Raymundo fue sacando los discos sin prisa, pero enseguida pude notar que aquél CD se empeñaba en quedar sobre los demás. El Chapo, (como acostumbrábamos a decirle a mi amigo por el tráfico de música) me dijo- material caliento, para que te mates solo.

Tomé el compacto y leí cuidadosamente -Pantera. Cowboys From Hell. Su piel mostraba a cuatro tipos sobrepuestos en la imagen de algún antiguo salón del viejo oeste. Se dejaba maniobrar en las manos como se dejan guiar los leones de circo; con esa mirada indómita que parece decir: pendejo, tu frágil cuello está demasiado cerca de mis dientes. Estoy aquí porque quiero...

El Chapo dijo - ese, maricón, es pa´que te vayas haciendo hombrecito y dejes de jugar muñecas con Aereosmith - pero yo sabía que era el ente dentro de su prisión plástica el que hablaba a través de los labios de mi amigo. Lo usaba como un títere para cumplir sus propios deseos. Porque su iglesia demanda siempre nuevos acólitos, más predicadores para dominar el mundo (y lo hizo fácilmente) o erosionar la tierra por capricho, que sé yo.

No había mucho que hacer en realidad. Tomé el disco tembloroso cual ratón acorralado, lo introduje en el reproductor y el mundo se volteó de pies a cabeza, toda coherencia en las formas desapareció; la caja de Pandora fue abierta y miles de oscuras criaturas revolotearon a mi alrededor. Un rato después por la sangre ya corrían prontos e infecciosos varios demonios cuyos nombres tengo grabados, "Shattered", "Domination", "Cowboys from Hell", "The Art OF Shredding" y por supuesto la monumental "Cementery Gates". Se apoderaron de cada célula y en las cavernas de mi cerebro retumbo una voz con fondo de bajo sobrecargado: Me perteneces. Por los siglos de los siglos...

Aún hoy cargo con las cicatrices de aquél día. El día en que la pantera me perforó el cráneo con sus densos colmillos.



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